Desmenuzando a Sherlock Holmes (…en Escarlata)
Bueno, este ejercicio me resulta
particularmente agradable, soy una admiradora entusiasta del Sherlock Holmes,
pues fue mi inspiración para interesarme tempranamente en la investigación
científica. Si eso no fuera poco, Arthur Conan Doyle es (desde que recuerdo)
uno de mis autores de novelas favoritos, por lo que no me costó ningún trabajo
releer “Estudio en Escarlata”… y aquí vamos.
Este relato presenta a Sherlock
Holmes como un detective muy particular, visto a través de los ojos de su mejor
amigo y compañero de aventuras: el Doctor Watson. Desde el inicio de la trama,
Sherlock Holmes demuestra tener cualidades extraordinarias de observación,
análisis y deducción. El personaje establece claramente que ha desarrollado,
con la práctica, una especie de intuición
para analizar problemas o situaciones, analizando detalladamente los detalles y
las circunstancias relacionadas.
Sin embargo, no solamente es la
experiencia y habilidad innata de observación del detective, sino conocimientos
específicos que permitan, de ser necesario, comprobar hipótesis o
planteamientos que permitan validar los razonamientos deductivos, derivados del
análisis de las circunstancias asociadas a un problema por resolver. Para la
novela Estudio en Escarlata, el
problema a resolver es un asesinato, a partir de la observación de detalles y
datos recolectados en la escena del crimen. A pesar de que aparentemente no hay
pistas claras, Holmes hace un interesante ejercicio de observación-deducción
que permite esclarecer la identidad del asesino.
Los pasos seguidos por Sherlock
Holmes para determinar quién cometió el asesinato y cómo encontrarlo, fueron
los siguientes: primero observó las huellas en el exterior del domicilio donde
fue hallado el cadáver, para determinar a quién pertenecieron, tanto las
huellas de calzado como las huellas de los coches; esto le permitió concluir
que llegaron dos individuos la noche anterior a ese domicilio, en un coche
conducido por un caballo con una particularidad en los cascos (uno era más
nuevo que los otros tres). Obtuvo también la altura aproximada de ambos
hombres, por la anchura de sus pasos.
Ahora bien, respecto de la escena
del crimen, determinó (por el olor en la boca del cadáver y el hallazgo
posterior de unas píldoras que comprobaron ser venenosas al administrarlas a un
perro), que éste fue envenenado, que discutió acaloradamente con su asesino y
que el motivo fue una mujer (por la presencia de un anillo femenino). También
descubrió que se intentaba desviar la atención y hacer parecer el asesinato como
una venganza, por la palabra Ráche (castigo,
en alemán) escrita con sangre en la pared de la habitación donde se encontró el
cuerpo.
Adicionalmente, concluyó que el
agresor era alto (más de seis pies, por la altura a la que fue escrito el texto
en alemán), joven (por la contundencia de sus pasos), con botas toscas y de
puntera cuadrada (por las huellas de sus pasos), con las uñas particularmente
largas (por los arañazos ligeros alrededor de las letras escritas con la
sangre) y que fumaba un tipo particular de cigarro (por la ceniza encontrada);
también especifica que tenía la cara rabicunda, probablemente por una
enfermedad arterial y por la sangre hallada (que no era la del asesinado).
Sin embargo y a pesar de que esta
descripción era suficiente para identificar al asesino, la siguiente cuestión
era: ¿dónde y cómo hallarlo? Descubrió que era alguien astuto, pues evadió
primero a un guardia, al hacerse pasar por borracho y posteriormente lo eludió a
él mismo con un disfraz, al intentar atraparlo publicitando el hallazgo del
anillo encontrado. Aclara entonces que desde el inicio dedujo que era cochero
(taxista de aquellos entonces) y procede a localizarlo mediante una pandilla de
niños callejeros, de quienes se vale igual para atrapar, finalmente, al
asesino.
¿Qué aprendí? Uno de los métodos deductivos más
brillantes (junto con uno de los personajes detectivescos más entrañables) de
la literatura, además de una especulación muy interesante acerca de la música
como medio de inducir a un estado reflexivo, y retomo textualmente: “Darwin
sostiene que la música y su capacidad de producirla y apreciarla existió en la
raza humana mucho antes que ésta alcanzase la facultad de la palabra. Quizá sea
esta la razón que influya en nosotros de una manera tan sutil”.
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