El reto de ser un estudiante en línea

El reto de ser un estudiante en línea

La educación virtual o en línea cumple mis expectativas por dos características que fueron críticas para mí desde que decidí estudiar una segunda carrera: la facilidad de estudiar “a distancia”, a mi propio ritmo y sin limitaciones de días u horarios, pues mi trabajo no tiene un horario fijo y salgo frecuentemente de la ciudad; la segunda es la gratuidad y la garantía de validez oficial, pues he escuchado historias preocupantes sobre universidades en línea con pésimo nivel académico, además de costosas y sin que garanticen la validez oficial de los estudios que ofrecen. 

Es maravilloso que en la actualidad tengamos a la mano (y solamente por el acceso al internet), una serie de herramientas, fuentes de información y recursos (en particular de Tecnologías de Información y Comunicación), que nos permitan ampliar, renovar, actualizar o adquirir conocimientos de una forma no presencial. Sin embargo, así como los ambientes virtuales son flexibles y cómodos de horario, no significa que deban ser triviales o de menor calidad que los presenciales.
Revisando el texto proporcionado en mi propedéutico de la UnADM: Ser estudiante en ambientes virtuales de aprendizaje, me queda claro que en este tipo de modelo educativo, la participación de nosotros como estudiantes es fundamental, pues somos quienes gestionamos directamente nuestro aprendizaje. Entendí y reflexioné el concepto de aprendizaje colaborativo (aprender del otro y con el otro, con aportación, tolerancia y respeto, para desarrollar actitudes proactivas y autónomas). Este proceso educativo se enfoca más al aprendizaje que a la enseñanza.
Lo anterior se dice fácil y, sin embargo, la gran mayoría de nosotros (sino es que todos), estamos formados en entornos educativos pasivos y tradicionalistas y nos cuesta mucho trabajo migrar hacia un modelo más proactivo, por lo que concluyo con las siguientes metas y/o consejos para tener éxito en este tipo de modelos de aprendizaje:
Organización: en un programa en línea, fácilmente se van los días y tal vez estemos tentados a dejar todo para el final, pero lo mejor es avanzar un poco cada día. Si hay que trabajar en equipo, contactarnos oportunamente.
Disciplina: a veces, las actividades parecen triviales, pero para hacerlas con calidad y sin “piratear” contenidos o copiar temas, hay que dedicarles tiempo y esfuerzo cotidianos.
Constancia: evitar, en lo posible, caer en el desgano, pues fácilmente podemos sentirnos rebasados por otras actividades y no terminar o incumplir las tareas, lo que posiblemente nos lleve a desertar.
Honestidad: evitar acciones deshonestas como el plagio de textos o trabajos, además de esforzarnos seriamente en el respaldo de nuestros escritos y tareas en general. Cuando disponemos de diversas herramientas que implican consultas en Internet, no siempre las fuentes de consulta son las mejores o las más serias.
Bueno, lo anterior es algo en lo que he reflexionado desde que inicié el propedéutico y espero que sea de utilidad para los que me leen.

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